Las emociones desempeñan un papel crucial en diversas áreas de nuestra vida. Desde la comunicación social y escrita hasta el procesamiento de la información y las habilidades de pensamiento crítico. Además, están estrechamente relacionadas con nuestro bienestar físico y mental, así como con nuestra personalidad y forma de interactuar con el mundo. La inteligencia emocional (IE), es decir, la capacidad de reconocer y gestionar nuestras emociones. Se asocia con una serie de beneficios, como la satisfacción con la vida, la felicidad, el rendimiento académico y laboral, y la calidad de nuestras relaciones interpersonales. De hecho, puede ser un factor determinante en nuestro potencial de liderazgo y éxito en diversas áreas de nuestra vida.

Desarrollo emocional de los 4 a 5 años

La independencia sigue en aumento

Junto con la curiosidad y la formulación de preguntas constante, comienza un periodo de independencia donde el infante quiere hacer las cosas por sí mismo (por ejemplo, vestirse, cepillarse los dientes).

Con esto, también hay más colaboración y comienza a comprender las normas sociales. Logrando, asimismo, una mejora con respecto a años anteriores en la compresión y expresión de sus emociones.

Hitos del desarrollo emocional

A esta edad, los pequeños ya pueden contar, identificar colores, formas, números y letras, así como memorizar y recitar algunas palabras o frases de canciones y poemas infantiles, entre otros. Sin embargo, no se queda ahí, empiezan a desarrollar el conocimiento de emociones más complejas, como la vergüenza y el orgullo.

Desarrollo emocional de los 4 a 5 años: ¿Qué ocurre?

Asimismo, entre los 4 y 5 años, aproximadamente, desarrollan la “teoría de la mente“.

Esto les permite imaginar y representarse la perspectiva mental de otra persona, identificar las consecuencias de su comportamiento y compensar aspectos asociados a su temperamento.

De tal modo, se produce un importante cambio en el que se hacen más sensibles en la comprensión de las causas mentales de estas. Y no solo de las causas externas (Pérez-Alonso Jeta, 1998).

Ahora, los niños hacen más avances en su conocimiento sobre los estados mentales y las emociones durante la infancia media y más allá.

Todo esto es el resultado, en parte, de que se encuentren inmersos en las emociones sociales.

Y es que, es en dicho periodo donde el niño empieza a relacionarse más allá del entorno familiar ampliando sus relaciones.

Por otro lado, aunque comienzan a exhibir procesos inhibitorios alrededor de los 4 años, todavía es normal que tengan alguna dificultad para regular sus emociones. En consecuencia, las rabietas siguen siendo relativamente comunes. Aunque ahora tienen mayor capacidad de planificar y anticipar consecuencias.

No olvidar el objetivo

No se ha de ignorar que los primeros años de vida son críticos para el desarrollo humano. Y es que, las experiencias tempranas dan forma a la estructura del cerebro y al comportamiento futuro.

Durante esta fase, el cerebro experimenta cambios sorprendentes. Crece, se desarrolla y pasa por algunos períodos de aprendizaje sensibles que requieren un entorno experiencial significativo, estimulación multisensorial y suficientes recursos materiales.

¿Por qué es importante el desarrollo emocional en este periodo?

Estos años conllevan una etapa de transición en la que los menores están desarrollando habilidades emocionales cruciales que les ayudarán a lo largo de su vida.

Con lo anterior, están aprendiendo a identificar, expresar y regular sus emociones. Así como construir una comprensión de cómo las emociones pueden afectar su comportamiento y el de los demás.

Además, en dicha etapa los niños están comenzando a construir su identidad y autoestima, aprendiendo cómo interactuar con el resto de manera efectiva.

Los cuidadores pueden influir en este proceso de muchas maneras, fomentando el desarrollo emocional de los pequeños y ayudándoles a desarrollar habilidades para resolver conflictos, establecer relaciones saludables y manejar el estrés. En definitiva, velando por un ambiente enriquecido por el cuidado, la responsabilidad y la dedicación de adultos responsables.

Pautas básicas de desarrollo emocional

  • Es importante que los padres y madres hablen mucho con sus hijos para fomentar el desarrollo de su pensamiento, creatividad, vocabulario y capacidad de expresión. El diálogo es especialmente importante para mantener una conexión emocional con los padres en esta etapa en la que los niños ya no necesitan tanta protección física. Si el niño es capaz de expresarse correctamente, será más fácil para él adaptarse a la escuela y a sus compañeros.
  • Permitirle que haga tareas sencillas. Las tareas domésticas y otras responsabilidades deberían aumentar con la edad. Y, es en esta, donde comienzan a querer hacer encargos y asumir responsabilidades en tareas domésticas y escolares. 
  • Hay que asegurarse de que los niños tengan tiempo para el juego creativo, independientemente de que hagan dibujos, jueguen a mamás y papás o hagan teatro. Y es que, el juego se vuelve cada vez más imaginativo y es una parte importante del crecimiento durante dicha etapa. En este sentido, el arte, por ejemplo, tiene un impacto directo en la subjetividad del pequeño y se enfoca completamente en su esfera emocional, ya sea a través de formas de expresión como la música, la pintura, el cine y muchas otras manifestaciones.
  • Comenzar a enseñarles a los niños el lenguaje para resolver problemas. Para ello, puede ser útil empezar con simples juegos de palabras y luego generalizarlos a aquellas situaciones en las que los pequeños plantean un problema para resolver. Se puede hacer uso de juegos de palabras con el fin de que lleguen a razonar en lugar de actuar sobre los problemas. En definitiva, enseñarles a negociar y a encontrar soluciones que satisfagan a ambas partes.
  • Fomentar la empatía. Los padres pueden enseñar a sus hijos a ponerse en el lugar de los demás y entender cómo se sienten. La empatía es la base de todas las capacidades sociales que surge naturalmente en la gran mayoría de los niños. Esto puede hacerse a través de juegos de rol y conversaciones sobre situaciones cotidianas (Shapiro, 1997).

Conclusión

La etapa entre los 4 y 5 años es muy importante desde el punto de vista emocional, pues comienzan a desarrollar una mayor conciencia y comprensión de sus propias emociones y las emociones de los demás.

Así pues, estar pendiente de dicho periodo y proporcionar un ambiente emocionalmente seguro y positivo, es esencial para su desarrollo emocional y salud mental en el futuro.

Referencias bibliográficas

  • Malik, F. y Marwaha, R. (2022). Developmental Stages of Social Emotional Development In Children. StatPearls Publishing.
  • Martínez González, R. A. (2009). Guía para el desarrollo de competencias emocionales, educativas y parentales. Ministerio de Sanidad y Política Social. Disponible en la web: http://www.meetingmadridleuropedelenfance.es/ima- ges/ficheros/Programa2009-1.pdf
  • Pérez-Alonso Jeta, P-.M. (diciembre de 1998)El desarrollo emocional infantil (0-6 años): Pautas de educación [Ponencia]. Congreso de Madrid, España. http://www.waece.org/biblioteca/pdfs/d069.pdf
  • Shapiro, L. E. (1997). La inteligencia emocional de los niños. Editorial Javier Vergara.