La muerte de un ser querido marca profundamente la trayectoria emocional y social de quien la experimenta. La adolescencia, una etapa caracterizada por la búsqueda de identidad y un sentido de pertenencia, se convierte en un periodo especialmente sensible ante el impacto emocional de una pérdida significativa. Sin embargo, no todos los lutos reciben la validación social necesaria para ser elaborados de manera saludable. En muchas ocasiones, el duelo no reconocido, poco visible, pero profundamente impactante, compromete el bienestar psicológico a corto y largo plazo. En esta nota, abordamos el fenómeno del duelo en adolescentes desde una mirada integradora que considera factores sociales, familiares, culturales y clínicos.

¿De qué estamos hablando?

Duelo en adolescentes, Pérdida de un ser querido

También conocido como disenfranchised grief (en inglés), refiere a una situación en la que la pérdida sufrida por una persona no es reconocida por la sociedad. Esta falta de validación se debe a diversas razones, como la naturaleza del fallecimiento, la relación con el difunto o las normas culturales y sociales. Lo dicho conduce a que el proceso de luto sea aún más complicado y doloroso, ya que el individuo no recibe el apoyo y la comprensión necesarios para afrontar una vivencia de tales características.

En este sentido, se trata de un fenómeno capaz de afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género o contexto cultural. De tal manera, el duelo no reconocido en adolescentes tiene un impacto significativo en su salud mental y emocional. Así como también en su desarrollo social y académico (Doka, 1999).

El impacto del entorno

Se sabe bien que el entorno influye de manera crucial en el proceso de luto de los adolescentes. La familia, la escuela y la sociedad moldean la manera en que los jóvenes lo enfrentan. Dicho lo anterior, un entorno de apoyo que reconozca y valide el duelo del adolescente facilita su la adaptación y posterior recuperación.

Por el contrario, un entorno que minimiza o ignora la pérdida aumenta el estrés y la angustia produce el efecto opuesto. En tal sentido, el duelo no reconocido es capaz de llevar a sentimientos de aislamiento, ansiedad, depresión y problemas de comportamiento. Inclusive, la falta de reconocimiento y apoyo puede llevar a los adolescentes a sentir que su dolor no es legítimo o que no tienen derecho a expresar su tristeza (Dutil, 2019).

Pérdidas invisibilizadas en población vulnerada

Duelo en adolescentes, Pérdida de un ser querido

En otro orden de ideas, cuando una experiencia de tales características, además, es atravesada por desigualdades sociales, se torna sumamente compleja por múltiples factores, incluyendo el racismo sistémico y la discriminación. Dichos jóvenes suelen enfrentarse a tasas más altas de mortalidad en sus familias y comunidades debido a factores como la violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios de salud.

Una mirada cultural y estructural

Asimismo, el duelo en adolescentes racializados a menudo no es reconocido o validado por la sociedad, lo que agrava su dolor y complica su aceptación. Falta de validación que se debe, en su mayor parte, a prejuicios y estereotipos que minimizan la importancia de sus pérdidas.

Ejemplo de ellos son los estigmas asociados a la causa de muerte —como homicidios o encarcelamientos—, a la culpabilización de la víctima, y a prejuicios estructurales que minimizan el sufrimiento de estos jóvenes al asumir que están acostumbrados a la violencia o que sus pérdidas son consecuencia de estilos de vida cuestionables.

Por ende, es fundamental adoptar un enfoque culturalmente sensible y reconocer la importancia de los factores raciales y étnicos en el proceso de duelo. Lo cual implica abogar por políticas y prácticas que aborden las desigualdades estructurales que contribuyen a las altas tasas de mortalidad y pérdida en dichas comunidades (Dutil, 2019).

Claves para una intervención sensible y efectiva

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Siguiendo lo anteriormente planteado, la principal tarea consiste en ofrecer recursos y herramientas que ayuden a los adolescentes a transitar su luto y desarrollar habilidades de afrontamiento. Esto puede incluir terapia individual o grupal, programas de apoyo en la escuela y actividades extracurriculares que fomenten la expresión emocional y el desarrollo personal.

También es relevante que las intervenciones estén contextualizadas. De ese modo, validar las formas diversas de manifestar el dolor, respetar los tiempos individuales del proceso y reconocer los factores estructurales que rodean la pérdida permite evitar respuestas estandarizadas o patologizantes (Alvis et al., 2021).

Reconocer el dolor, acompañar el proceso

Sin dudas, el duelo no reconocido en adolescentes es un fenómeno complejo que genera un impacto significativo en su salud mental y emocional. Por ello, es fundamental que los profesionales de la salud, la educación y el trabajo social comprendan la importancia de reconocer y validar el proceso en los adolescentes, y que se comprometan a proporcionar un entorno de apoyo que facilite su proceso de adaptación y recuperación.

Si queremos conseguir ese objetivo, es esencial que los programas de intervención estén diseñados para abordar las necesidades específicas de los jóvenes , teniendo en cuenta factores como la naturaleza de la pérdida, el contexto cultural y social, y el nivel de apoyo disponible. Para seguir profundizando en el abordaje de dicha temática, te sugerimos nuestro curso sobre abordaje integral del duelo: más allá de la pérdida.

Referencias bibliográficas

  • Alvis, L., Zhang, N., Sandler, I. N. y Kaplow, J. B. (2021). Developmental manifestations of grief in children and adolescents: Caregivers as key grief facilitators. Journal of Child & Adolescent Trauma, 16, 447-457.
  • Doka, K. J. (1999). Disenfranchised grief. Bereavement Care, 18(3), 37-39.
  • Dutil, S. (2019). Adolescent traumatic and disenfranchised grief: Adapting an evidence-based intervention for black and latinx youths in schools. Children & Schools, 41(3), 179-187.