Este tipo de alucinación psicosensorial ha sido reportada por numerosos casos. Grandes pensadores y escritores ya daban, hace muchos años, una vaga descripción del fenómeno. De hecho, si este término no nos suena, quizás lo haga doppelgänger, descrito por el novelista Jean Paul y extendido por Dostoievski en su novela El doble (The double, 1866), donde el término aludía al doble siniestro de uno mismo. Tal es así que, al ser la experiencia parecida a verse en un espejo (aunque sin espejo) con apariencia, en ocasiones, espectral se le ha llegado a denominar doble fantasma. O, según la literatura francesa, alucinación espejo. Veamos por qué una persona que experimenta una autoscopia puede verse fuera de su cuerpo y el significado de autoscopia.
Autoscopia: Fuera de mi cuerpo
¿Qué pasaría si un día te vieras a ti mismo desde fuera? Es decir, si te vieras frente a tu cuerpo, mirándote fijamente, intentando decirte algo o incluso hablándote. El significado la autoscopia proviene del griego autos (sí mismo) y skopeo (mirar). Con esto ya podemos hacernos una pequeña idea sobre su definición.
Incluido en síndromes de identificación errónea y reduplicaciones, este fenómeno se define como una experiencia de dualidad física que cursa con sensaciones somáticas y cinestésicas, donde se produce una anomalía perceptiva del propio cuerpo.
Entre los síndromes mencionados, puede sonarnos la paramnesia reduplicativa, síndrome de Cotard, síndrome de Fregoli, síndrome de Capgras, la ilusión de intermetamorfosis y fenómenos fantasmas, entre otros.
Tipos de autoscopia y su significado
Una vez aclarado el significado de la autoscopia, hay que tener en cuenta las circunstancias bajo las que ocurre este fenómeno, la duración, cómo aparece la imagen, los sentimientos que experimenta la persona y la identificación del propio cuerpo. Se clasifican tres tipos que, a pesar de las diferencias, tienen en común la impresión del individuo de verse a sí mismo (Arias et al., 2007):
- Experiencias extracorporales o experiencias fuera del cuerpo (EFC): Asociadas a lesiones en la unión temporoparietal, zona implicada en la integración del espacio intra y extrapersonal. La persona que tiene una experiencia extracorpórea llega a percibir su cuerpo y lo que le rodea desde fuera. De este modo, puede ser observado por su propio cuerpo en diferentes perspectivas. Generalmente, como si este le observara desde arriba.
- Autoscopia: Relacionada con lesiones en la corteza extraestriada, crucial en la orientación espacial. En este caso, la persona percibe parte de su cuerpo fuera de su cuerpo físico, como si estuviera reflejado en un espejo, aunque no sienta que lo abandone. Normalmente, en posición lateral o de frente. La autoscopia puede dividirse en simple, doble, interna y negativa.
- Heautoscopia o fenómeno del doble: Asociada a lesiones en la región posterior de la ínsula, zona con funciones somáticas motoras. Es un tipo de alucinación intermedia entre las dos experiencias anteriores. Quien la experimenta percibe un doble exacto a sí mismo. A diferencia de la autoscopia, se considera una imagen vívida y la persona no es capaz de identificarse entre su cuerpo físico y el somático. Esta imagen puede ser vivida como un evento perturbador o puede percibirse como un elemento tranquilizador. Esto último se observa en personas con una enfermedad grave.
¿Cuándo ocurre la autoscopia?
Este desorden de la integración multisensorial se ha reportado en personas que han sufrido una lesión, derrame o tumor cerebral, epilepsia y tras lesiones focales que afectan a zonas temporoparietales u occipitoparietales. También puede aparecer tras la migraña, neoplasia e infección.
Por otro lado, en cuanto a trastornos psiquiátricos, puede presentarse en personas con esquizofrenia, ansiedad, depresión o trastornos disociativos, así como en estados delirantes. Sin embargo, este fenómeno también podría ocurrir en personas sanas ante situaciones de privación sensorial, falta de horas de sueño, fiebre alta, un estado emocional intenso o aislamiento social. En lo que refiere al riesgo de suicidio, aumentaría si existe una comorbilidad psiquiátrica y uso de drogas (Anzellotti et al., 2011).
¿Qué partes del cerebro están involucradas?
Las reduplicaciones ilusorias del propio cuerpo son el resultado de fallos en la integración de información propioceptiva, táctil y del espacio personal. Así pues, hay un mecanismo multisensorimotor implicado en la aparición de fenómenos autoscópicos.
Aunque todavía se estudia el mecanismo neurofisiológico comprometido tras estos fenómenos, se observa que surgen cuando existe una disfunción principalmente de los lóbulos temporoparietales, en regiones extraestriadas (asociadas con la percepción corporal y facial) y ante un daño vestibular. No es de extrañar que una zona clave sea la unión temporoparietal, región de unión de ambos lóbulos relacionada con sistemas somatosensoriales.
Por otro lado, se ha señalado la importancia del hemisferio derecho en los fenómenos autoscópicos. Esto es así por la respuesta de la corteza fusiforme derecha, asociada con el reconocimiento de caras, formas y lugares. Sin embargo, cabe resaltar que la zona afectada en un proceso alucinatorio no siempre es la misma, puesto que lo que podría estar afectado es un foco de actividad anómala en una amplia red neuronal implicada en el procesamiento de la información (Ochoa et al., 2015).
A propósito de un caso
B. F. es una mujer que sufrió un shock hemorrágico y un paro cardiocirculatorio. Dos días después, recuperó la conciencia, pero ahí no terminó todo. Al cabo de tres meses, las pruebas neuropsicológicas mostraron que tenía agnosia para objetos severa (incapacidad para identificar objetos por la vista) y alexia sin agrafia (la paciente puede escribir pero no leer aquello que escribe).
También presentó ataxia óptica (falta de coordinación entre la visión y el movimiento de la mano), apraxia oculomotora (deterioro de los movimientos horizontales de forma voluntaria de los ojos), percepción deteriorada de la profundidad y déficit en el análisis espacial con heminegligencia del lado izquierdo del cuerpo.
¿Qué le pasó después a B. F.?
B. F. empezó a ver su silueta como si fuera el reflejo de un espejo. La imagen autoscópica siempre iba vestida como ella, reproducía sus movimientos a tiempo real, era del mismo tamaño y tenía el mismo pelo. Solía aparecer de frente, desde la cabeza hasta el torso. Si el examinador colocaba su mano encima del hombro de B. F., esta afirmaba que podía sentirlo en la imagen que tenía delante.
Si prestaba atención siempre aparecía. Incluso, en uno de los encuentros con el examinador, afirmó que entre ellos estaba la imagen y que permanecía a pesar de que se pusiera un papel ocultándola.
La paciente era consciente de que dicha imagen no era real y su aparición no estaba asociada a un estado emocional. Cabe decir que empezó a recuperarse a los seis meses y, tras un segundo estudio neuropsicológico, los síntomas mejoraron, llegando a desaparecer con ellos la imagen autoscópica.
Este caso de autoscopia crónica llama la atención por la duración del cuadro. Y es que, normalmente, la alucinación autoscópica dura pocos segundos o minutos. Se propuso la aparición de este fenómeno por la presencia de un mecanismo de plasticidad intermodal anómalo (Zamboni et al., 2005).
Conclusión
La interpretación visual descrita es, ante todo, una experiencia digna de análisis e investigación. Literatura sencilla del fenómeno de la autoscopia y su significado podemos encontrarla en la obra del doctor y escritor Oliver Sacks, Alucinaciones (Hallucinations., 2012), donde se describen varios tipos de alucinaciones de una forma sencilla y entendible. Si se prefiere otro tipo de lectura, ya hablaban de esta experiencia autores como R. L. Stevenson en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (Strange case of Dr Jekyll and Mr Hyde, 1886), Oscar Wilde en El retrato de Dorian Gray (The picture of Dorian Gray, 1890) o E. T. A. Hoffmann en Los elixires del diablo (The elixirs of the devil, 1815), por mencionar algunos.
Dejando a un lado el mundo literario, un mayor número de estudios de estos fenómenos sería lo idóneo para poder ampliar el campo de conocimiento sobre las alucinaciones. Pudiéndose servir de métodos actuales como el mapeo cerebral mediante imagen de resonancia magnética funcional (functional magnetic resonance imaging, fMRI, en inglés), por ejemplo. Sin duda alguna, el significado de la autoscopia y los mecanismos que subyacen a este proceso todavía siguen siendo un desafío para la comunidad científica.
Referencias bibliográficas
- Anzellotti, F., Onofrj, V., Maruotti, V., Ricciardi, L., Franciotti, R., Bonanni, L., Thomas, A. y Onofrj, M. (2011). Autoscopic phenomena: Case report and review of literature. Behavioral and Brain Functions, 7(1), 2. https://doi.org/10.1186/1744-9081-7-2
- Arias, M., Constela, I. R., Iglesias, S., Arias-Rivas, S., Dapena, D. y Sesar, Á. (2007). The autoscopic phenomena in neurological clinic: A study of two cases. Journal of the Neurological Sciences, 263(1-2), 223-225. https://doi.org/10.1016/j.jns.2007.07.012
- Estañol, B. (2012). “El que camina a mi lado”: El tema de El Doble en la psiquiatría y en la cultura. Salud Mental, 35(4), 267-271.
- Ochoa, J. F., Ascencio, J. L. y Zapata, J. F. (2015). Conectividad funcional en un paciente con alucinaciones complejas.Un caso de autoscopia. Acta Neurológica Colombiana, 31(4), 423-431. https://doi.org/10.22379/2422402262
- Zamboni, G., Budriesi, C. y Nichelli, P. (2005). “Seeing oneself”: A case of autoscopy. Neurocase, 11(3), 212-215. https://doi.org/10.1080/13554790590944799