La soledad y la ansiedad podrían ser dos compañeras recurrentes en nuestra vida cotidiana con unas conexiones complejas. En esta nota, exploraremos cómo dichas emociones se influyen mutuamente y cómo la pandemia, un hito histórico en nuestros tiempos, ha llevado a un aumento notable de la ansiedad debido al aislamiento. ¿Cuáles son las preocupaciones compartidas que unen ambos estados emocionales? ¿Cómo podemos afrontarlos?
Soledad: ¿Qué es?
La soledad, en la actualidad, es entendida como un problema complejo y multifacético relacionado con la falta de conexión social y física, así como con la percepción de una falta de propósito o significado en la vida. Además, se considera que tiene efectos negativos en la cotidianeidad de las personas, y una fuerte incidencia en los modos en que estas se vinculan con los demás, y consigo mismas.
Por ello, su influencia en la salud mental y el bienestar de los individuos es un área de interés para la investigación y el tratamiento en el campo de la psicología. De esa forma, diversas investigaciones la han abordado como objeto de estudio, asociándola con algunos de los cuadros clínicos mas prevalentes de nuestra era (Mushtaq, 2014).
Efectos negativos de la soledad
Uno de sus efectos negativos está vinculado a la forma en la que los individuos significan su vida, debido a que esta significación se adquiere socialmente. Por lo tanto, al estar desconectado de los demás, aumenta la amenaza de perder el acceso a todos los significados, propósitos y valores socialmente mediados. Esto, en definitiva, puede llevar a una sensación de falta de propósito vital, lo cual permea la motivación e interviene en la frecuencia en que las personas perciben emociones positivas, como la alegría y la autorrealización.
El tiempo a cámara lenta
Por otro lado, y aunado a lo anterior, la soledad actúa como un factor que aumenta la autoconciencia negativa, lo que significa que las personas se centran más en sus propias debilidades y fallas. Esto, como consecuencia, deviene en una disminución de la autoestima y mayor sensación de aislamiento.
Finalmente, también tiene efectos negativos en la temporalidad. Así, las personas suelen sentir que el tiempo pasa más lentamente. Esto, denominado como percepción del tiempo dilatado, es otro factor que, combinado a los anteriores, produce una gran sensación de desesperanza (Wei et al., 2023).
¿Cómo impacta en el comportamiento?
La soledad, a su vez, puede aumentar la probabilidad de comportamientos autodestructivos, como la agresión y la falta de cuidado personal. Por ejemplo, se ha visto que se correlaciona positivamente con el abuso de sustancias, la sobreingesta de alimentos y la negligencia de la higiene personal. Se considera, en ese sentido, que tales comportamientos serían una forma en que las personas enfrentan sus sentimientos de soledad, sumado a las consecuencias negativas para la salud física y mental que eso conlleva.
También disminuye la motivación y la energía, lo que lleva a una reducción del tiempo invertido en actividades físicas y participación en actividades sociales. Esto, a su vez, produce un efecto de recursividad, ya que actúa como un obstáculo para relacionarse con los demás, perpetuando aún mas los efectos nombrados (Mann et al., 2022).
Soledad y trastornos de ansiedad
De esta manera, se ha encontrado que la soledad y la ansiedad aparecen interrelacionados como dos problemas que se influencian mutuamente. Y, por ello, se considera que la soledad puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de cuadros clínicos.
Por ejemplo, la soledad suele ser un factor que produce preocupación en las personas acerca de la calidad de sus relaciones sociales. Además, en algunos casos, dichas preocupaciones también se ven asociadas a las propias emociones y comportamientos de los individuos. Estos, en definitiva, son conscientes de que no están cumpliendo con ciertos imaginarios sociales estandarizados sobre cómo vincularse con los demás, o acerca de cómo lidiar con los quehaceres de su vida cotidiana.
No obstante, la falta de energía y motivación producidos por los estados de soledad, les imposibilita poder llevar a cabo actividades que permitan remediar estas situaciones de preocupación. Lo cual podría acarrear sensaciones de culpa y malestar, que repercuten y generan un aumento de la ansiedad (Owczarek et al., 2022).
Su papel en la respuesta de evitación
Uno de los comportamientos mas tradicionales de algunos cuadros de ansiedad son las conductas evitativas. Las persona que padecen ansiedad social, por ejemplo, suelen evitar eventos sociales, no buscan interacciones sociales o tienden a retirarse de situaciones incómodas. Así, si bien estos comportamientos evitativos disminuyen temporalmente la ansiedad, también aumentan la sensación de soledad.
En esta dinámica, ambas se refuerzan mutuamente. La soledad desencadena la ansiedad, y la ansiedad lleva a comportamientos evitativos que perpetúan la soledad. Por lo que es esencial comprender esta interacción para construir abordajes psicoterapéuticos adecuados, pertinentes y efectivos.
¿Efectos de la pandemia?
La pandemia de COVID-19 ha sido uno de los sucesos históricos que ha producido un gran aumento de la sensación de soledad y ansiedad en las últimas décadas. En este período, diversos países introdujeron medidas preventivas de contagio, que implicaban ciertas restricciones sobre cómo las personas podían vincularse en lugares comunes.
Así, algunas investigaciones se centraron en el estudio de los efectos que estas restricciones tuvieron en la vida cotidiana. En algunos casos, específicamente, en el aumento de trastornos de ansiedad a partir de tal período.
Se encontró, de esa manera, que durante la pandemia hubo un aumento significativo en la prevalencia de la soledad, la ansiedad y, también de cuadros de depresión. Por lo que los autores sugieren, en ese sentido, que ha tenido un impacto significativo en la salud mental a nivel global (Steen et al., 2022).
Hallazgos e intervenciones
Los hallazgos producidos por dichas investigaciones producen un bagaje de conocimiento importante que permite ayudar a los profesionales de la salud mental a comprender mejor cómo estos problemas de salud mental se desarrollan. Además, posibilitan futuros tratamientos de cuadros de ansiedad que sean abordados de forma integral.
Un ejemplo concreto de estos abordajes está vinculado a las terapias cognitivo-conductuales, las cuales se enfocan en las preocupaciones relacionadas con la soledad. Permitiendo a los pacientes desarrollar habilidades para establecer relaciones significativas y reconstruir una sensación de propósito en sus vidas.
De esta manera, enfoques integrales y personalizados han demostrado ser efectivos en la reducción de los síntomas de ansiedad y en la prevención de recaídas a largo plazo. Además de brindar a los pacientes las herramientas necesarias para afrontar y superar los desafíos relacionados con la soledad (Smith et al., 2021).
Conclusión
La interconexión entre la soledad y la ansiedad revela la complejidad de nuestras experiencias emocionales y sociales. La pandemia, por ejemplo, arrojó luz sobre estos problemas, pero también subrayó la importancia de abordarlos de manera más efectiva. Por lo tanto, al comprender cómo se influyen mutuamente, podemos guiar a las personas hacia soluciones que promuevan la conexión, la salud mental y una vida más plena.
Referencias bibliográficas
- Mann, F., Wang, J., Pearce, E., Ma, R., Schlief, M., Lloyd-Evans, B., Ikhtabi, S. y Johnson, S. (2022). Loneliness and the onset of new mental health problems in the general population. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 57(11), 2161-2178. https://doi.org/10.1007/s00127-022-02261-7
- Mushtaq, R. (2014). Relationship between loneliness, psychiatric disorders and physical health ? A review on the psychological aspects of loneliness. Journal of Clinical and Diagnostic Research: JCDR, 8(9), WE01. https://doi.org/10.7860/jcdr/2014/10077.4828
- Smith, R., Wuthrich, V., Johnco, C. y Belcher, J. (2021). Effect of group cognitive behavioural therapy on loneliness in a community sample of older adults: A secondary analysis of a randomized controlled trial. Clinical Gerontologist, 44(4), 439-449. https://doi.org/10.1080/07317115.2020.1836105
- Steen, O. D., Ori, A. P. S., Wardenaar, K. J. y van Loo, H. M. (2022). Loneliness associates strongly with anxiety and depression during the COVID pandemic, especially in men and younger adults. Scientific Reports, 12(1). https://doi.org/10.1038/s41598-022-13049-9
- Owczarek, M., Nolan, E., Shevlin, M., Butter, S., Karatzias, T., McBride, O., Murphy, J., Vallieres, F., Bentall, R., Martinez, A. y Hyland, P. (2022). How is loneliness related to anxiety and depression: A population‐based network analysis in the early lockdown period. International Journal of Psychology: Journal International de Psychologie, 57(5), 585-596. https://doi.org/10.1002/ijop.12851
- Wei, Y., Tang, J., Zhao, J., Liang, J., Li, Z. y Bai, S. (2023). Association of loneliness and social isolation with mental disorders among medical residents during the COVID-19 pandemic: A multi-center cross-sectional study. Psychiatry Research, 327(115233), 115233. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2023.115233