Resentimiento, desconfianza, ansiedad y dolor, entre otras, son algunas de las características que pueden asociarse a los celos. ¿En qué se traduce? En una combinación de emociones primarias de ira, miedo y tristeza. No ha sido poco el debate en cuanto a la definición de esta emoción tan compleja. Si bien los celos románticos se han considerado patológicos, no puede ignorarse el hecho de que los celos per se cumplen cierta función evolutiva de cara a la protección del vínculo de pareja. Por no decir un mecanismo adaptativo que promueve el éxito reproductivo, según esta hipótesis mencionada que considera los celos como un módulo innato del ser humano. Sin embargo, tampoco hay que pasar por alto que las teorías evolutivas dejan al margen muchos factores y que los celos están también influenciados por lo social y cultural. Indaguemos en cuál es el significado de los celos.
¿Hay un único significado de los celos?
Existen muchos tipos de celos
Los celos tienen un componente genético que varía, además de lo anterior, con las diferencias individuales. Por lo que nos encontramos que el significado de los celos engloba un constructo multidimensional, considerándose una de las emociones autoconscientes.
Si bien los celos no son exclusivos de las relaciones de pareja, sino que también causan daños en las relaciones sociales e interpersonales, nos centraremos en este ámbito.
De esta forma, los celos pueden desencadenarse por una infinidad de situaciones.
Se han destacado, principalmente, aquellos relacionados con lo sexual y emocional.
Así mismo, también se han clasificado según su intensidad en celos ordinarios, patológicos (o mórbidos) y delirantes (que conllevan un alto riesgo de violencia).
Y, no solo eso, factores individuales, como el género, orientación sexual y sociales, estado y tipo de relación, también influyen. E incluso las diferentes fases de la vida a nivel reproductivo (Valentova et al., 2020).
La paradoja de los celos
La respuesta de los celos aparece por un procesamiento de las señales del contexto y, mayormente, en la interacción con las respuestas emocionales de los demás.
De este modo, la persona se encuentra en un círculo donde existe una continua búsqueda del engaño y la pretensión, al mismo tiempo, de no dejarse engañar. Aspecto que acentúa el cavilar sobre su derrota.
Así, al intentarse ejercer control sobre el otro se corre el riesgo de deshacer el vínculo que se quiere mantener. Resaltándose cuando existe dependencia en la relación, inseguridad y baja autoestima (Litinetskaia y Guelfi, 2021).
Antes de nada destacamos un aspecto importante, los celos pueden aparecer tanto ante estímulos reales como potenciales (o imaginarios). Y, por si lo habías pensado, se activan áreas cerebrales similares, preparándonos como si fuésemos a ser atacados.
¿Qué ocurre en el cerebro ante los celos?
Se ha sugerido la participación del circuito dopaminérgico fronto-estriatal (inervación principalmente dopaminérgica, clave en los procesos emocionales) y el cuerpo estriado dorsal (junto con la circunvolución frontal inferior se asocia a la amenaza social) en los celos patológicos.
A nivel neurobiológico, esta respuesta se encuentra muy relacionada con la corteza prefrontal derecha (no dominante) y se manifiestan una vez que se ha formado el apego romántico (especialmente ante la “ambivalencia ansiosa”).
Informándose de que un aumento a través de las etapas de la relación se asociaba con una tendencia a la agresión interpersonal.
Destaca, así, la corteza prefrontal ventromedial (activada ante la envidia y el regodeo), ganglios basales (formación de hábitos) e ínsula (involucrada en la mentalización y percepción de la emoción).
Pues para quien lo experimenta conlleva un acto de protección de la relación romántica (Stravogiannis et al., 2018).
Ahora, no olvidemos que no existe un circuito neuronal, como tal, que codifique únicamente esta emoción.
Y, no solo esto, sino que los datos recogidos dependen de la magnitud de muchas variables.
De hecho, ¿sabías que los celos ordinarios y los patológicos no reflejan la misma respuesta cerebral a pesar de coincidir en una mayor activación en el circuito fronto-estriatal?
¿Alguna diferencia entre hombres y mujeres a nivel cerebral?
Lo cierto es que sí. Las respuestas neurales en los hombres reflejan una mayor activación que las mujeres en regiones cerebrales involucradas en comportamientos sexuales/agresivos, como la amígdala e hipotálamo.
Mientras que las mujeres muestran una mayor activación en el giro temporal superior (Zheng, 2019).
¿Los celos pueden surgir por un daño cerebral?
Después de un accidente cerebrovascular hemisférico derecho o daño en áreas del hemisferio derecho (1% y un 5,3% de los casos), así como en los lóbulos frontales, pueden manifestarse celos delirantes. O más conocidos como síndrome de Otelo (específicamente en la circunvolución frontal derecha y la circunvolución orbitofrontal derecha).
Aunque esto no es de extrañar cuando dicha zona cerebral cumple un papel importante en la memoria de trabajo, integración de la familiaridad y procesamiento relacionado con uno mismo. Lo que podría resultar en errores de información emocional.
Del mismo modo, se ha observado una clara función del cerebelo.
Área implicada en el procesamiento de estímulos afectivos, particularmente de valencia negativa.
Así, pacientes con daño cerebeloso también reportan celos de carácter delirante.
Por último, también pueden aparecer ante enfermedades como el alzhéimer o párkinson.
De hecho, en personas con demencia degenerativa y no degenerativa, el síndrome mencionado puede desarrollarse a medida que se deteriora la función cognitiva (LaVarco, 2022).
Conclusión
Ante la pregunta qué refiere el significado de los celos, la respuesta sería amplia. De hecho, este mecanismo de adaptación, que se ha ido modificando a lo largo del tiempo, variaría según el contexto de la sociedad misma.
A pesar de la extensa lista de investigaciones sobre ello, las emociones humanas todavía se comprenden muy poco. Y es que, el significado de los celos y cualquier emoción va más allá de una conceptualización teórica.
Una vez que se obtiene una comprensión más profunda sobre tales estados se puede comenzar a deshacer las emociones y comportamientos que, en general, son desadaptativos en el contexto.
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