El proceso de estudio es fundamental en el ámbito académico, siendo una actividad que implica la adquisición, retención y aplicación de conocimientos. Sin embargo, para muchos estudiantes, puede convertirse en un desafío abrumador, especialmente cuando se enfrentan a grandes volúmenes de material o a exámenes importantes. En este contexto, el dominio de estrategias, técnicas y hábitos de estudio efectivos se convierte en un factor crucial para el éxito académico. A través de la exploración de varios artículos científicos, buscamos introducir al lector en un paneo general de lo que respecta a un aprendizaje significativo, efectivo y duradero. Con este propósito, investigaremos diversas técnicas de estudio examinando su eficacia, los hábitos que las fortalecen y los mecanismos subyacentes.

¿Qué son las técnicas de estudio o aprendizaje?

Las técnicas de estudio se refieren a estrategias y métodos específicos utilizados por los estudiantes para optimizar su aprendizaje y mejorar su rendimiento académico. Estas técnicas abarcan una amplia gama de enfoques, desde la organización y la planificación del tiempo hasta la elaboración de resúmenes, la práctica activa y el uso de recursos visuales, auditivos y táctiles. Por ejemplo, según Fowler et al. (2017) existen las siguientes: trabajar en grupos, diagramas, mapas mentales, notas con datos claves, etc.

Pero… ¿De qué manera aprendemos?

El proceso de aprendizaje en el cerebro está íntimamente ligado a la habilidad de las neuronas para formar conexiones entre sí, denominadas sinapsis. A medida que las neuronas se ramifican, se desarrolla una red cada vez más compleja y densa. Así, esta mayor interconexión facilita un incremento en la transmisión tanto de señales eléctricas como de señales químicas.

En este sentido, durante el proceso de aprendizaje, se establecen conexiones sinápticas entre las neuronas relevantes, las cuales se fortalecen mediante la práctica y la repetición. Este fortalecimiento facilita la retención a largo plazo de la información adquirida. De esta forma, podemos afirmar que la creación de nuevas sinapsis y la expansión de las redes neuronales son esenciales para el almacenamiento de información y la formación de recuerdos (Mendoza Carrasco, 2015).

Plasticidad cerebral: La base en la adquisición de conocimientos

Este fenómeno subyace en la noción de que el cerebro es maleable y puede ajustarse a diversas situaciones de aprendizaje, enfatizando así la importancia de estimular activamente la formación de sinapsis para mejorar la capacidad de aprendizaje. A medida que se generan más conexiones sinápticas, se incrementa la plasticidad cerebral y la habilidad de adquirir nuevos conocimientos.

El problema del olvido en el aprendizaje

Hoy en día, los estudiantes se enfrentan al desafío de asimilar grandes volúmenes de información, en períodos de tiempo cada más acotados. Por si fuera poco, varios investigadores han demostrado que la memoria humana tiene límites. Un ejemplo de ello, nos lo da George A. Miller (1956), quien encontró que la memoria a corto plazo puede retener únicamente un promedio de alrededor 7 elementos, dependiendo del tipo de la clase de dato que sea el elemento (palabras, dígitos, etc.). Otro ejemplo es la investigación del psicólogo Hermann Ebbinghaus (2015), quien mostró que la retención de información disminuye significativamente con el tiempo, con hasta el 90% de la información olvidada al final de la primera semana.

¿Cómo lo resolvemos?

Las limitaciones humanas, que representan un obstáculo a la hora de estudiar, pueden ser mitigadas parcialmente con herramientas basadas en la estimulación de la plasticidad cerebral. De esta manera, el aprendizaje es significativo cuando se establece una conexión relevante con los conocimientos previos del estudiante. Este proceso se mejora mediante la repetición en momentos específicos para combatir la pérdida de memoria, y mediante el uso del efecto de prueba, que implica una participación activa en la revisión del material en lugar de una mera lectura pasiva.

Las técnicas de estudio fundamentales

En este sentido, los procesos de aprendizaje significativo deben ser acompañados por estrategias de estudio efectivas, ya que de otro modo afectarán negativamente al rendimiento académico. Siguiendo con esta línea, profundizaremos en aquellas técnicas de aprendizaje, que según la evidencia, son las que de alguna u otra manera, optimizan la comprensión y el almacenamiento de la información.

Cabe destacar que todas las técnicas de estudio presentadas son importantes y complementarias en la mejora del proceso de aprendizaje. Estas son: la toma de apuntes, el esquema, el subrayado y el resumen (Huallpa, 2017).

Toma de apuntes

Dominar la habilidad de tomar apuntes durante la lectura o la escucha representa una técnica esencial y un paso significativo para potenciar el rendimiento académico. Por lo tanto, resulta crucial contrastar los propios apuntes con los de un compañero, y enriquecerlos mediante lecturas complementarias o consultando al docente.

Subrayado

El subrayado es una técnica de estudio que consiste en marcar ideas importantes o aspectos relevantes en un texto durante su lectura. Su objetivo es resaltar las ideas básicas para evitar memorizar todo el texto. Para lograr un buen subrayado, es importante seguir estos pasos:

  • Evitar el subrayado durante la lectura general inicial o prelectura. Subrayar solo después de tener una visión global del tema.
  • Subrayar durante la lectura de análisis y síntesis, siguiendo párrafo a párrafo el estudio del tema.
  • Remarcar únicamente las palabras clave, ideas principales, datos importantes, fechas relevantes o nombres significativos.
  • Destacar gráficamente la diferencia entre las ideas principales y secundarias mediante el subrayado.

El esquema

El esquema es la representación gráfica del subrayado, condensando las ideas principales, secundarias y detalles del texto para proporcionar una visión general clara del tema. Ademas, ayuda a comprender, memorizar y organizar la información, facilitando la percepción de similitudes, diferencias y relaciones entre ideas y conceptos, así como el repaso rápido del tema. Para elaborar un esquema óptimo resulta crucial:

  • Realizar una lectura comprensiva del texto.
  • Hacer un subrayado adecuado, destacando las ideas principales y utilizando palabras clave de manera breve y clara.
  • Jerarquizar los conceptos identificados durante la lectura.
  • Repasar los epígrafes, títulos y subtítulos del texto.
  • Garantizar que el encabezamiento del esquema exprese claramente la idea principal.
  • Permitir que el esquema llegue a detalles que enriquezcan la idea principal.

Resumen

En último término, si queremos hacer un resumen de manera eficiente, es necesario identificar las ideas principales y secundarias, mantener la brevedad, claridad, jerarquía e integridad del tema. Para poder lograr dichas pautas se debe reconocer tanto el tema como los subtemas, comprendiendo la estructura del texto, subrayando la información esencial y elaborando un esquema gráfico. Las ventajas que ofrece esta técnica son facilitar la comprensión, distinguir lo fundamental, mantener la concentración, desarrollar la capacidad de síntesis y mejorar la preparación para exámenes.

Hábitos que potencian las técnica de estudio

Estrategias de estudio

La formación de hábitos de estudio es fundamental para que se dé un aprendizaje significativo. Estos hábitos o rutinas, adquiridos y repetidos regularmente, incluyen conductas como la organización del tiempo y del espacio, la motivación y la concentración.

Según Martínez-Otero y Torres (2005), los hábitos influyen significativamente en los resultados académicos, tanto a nivel escolar como universitario. En este sentido, establecer tales patrones conlleva diversas ventajas, como una mejor distribución del tiempo y reducción de la ansiedad ante los exámenes. Es aquí dónde surge la necesidad de crear un ambiente propicio, que facilite la concentración y promueva un aprovechamiento óptimo del tiempo dedicado.

¿Y como debe ser este ambiente?

Como es de esperar, el entorno en el cual estudiemos debe ser tranquilo y libre de distracciones, evitando la presencia de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles. Por otro lado, es esencial verificar la iluminación antes de estudiar, ya que afecta significativamente el proceso de aprendizaje. De esta forma, se sugiere utilizar luz natural para prevenir el cansancio y, si es necesario, luz artificial indirecta para evitar el contraste excesivo y la fatiga ocular. En último lugar, no queremos dejar de mencionar que que cada persona debe encuentrar su propio método de estudio, lo que requiere una organización realista y ajustada al tiempo disponible. Así pues, dicha planificación debe ser flexible, revisable, sencilla y práctica para facilitar el estudio claro y eficiente.

Conclusión

Resumiendo, el aprendizaje implica la formación de conexiones sinápticas en el cerebro, crucial para retener información. Aunque el olvido es un desafío, el aprendizaje significativo, vinculado a conocimientos previos, y el uso de técnicas de estudio, como esquemas y resúmenes, pueden mejorar el rendimiento académico. Además, establecer hábitos de estudio beneficia la distribución del tiempo y reduce la ansiedad, siendo fundamental para el éxito escolar.

Cabe señalar, como último punto, que en el proceso de formación de los estudiantes, además de los hábitos y técnicas de estudio ya mencionados, intervienen otros factores como la autoestima, la motivación, habilidades sociales y diversos aspectos familiares, económicos, políticos y biológicos, que pueden influir de manera positiva o negativa en el aprendizaje. En este sentido, resulta de vital importancia continuar analizando tanto estos factores como las técnicas de estudio, para así, poder profundizar en un tema de relevancia constante en el ámbito académico y escolar.

Referencias bibliográficas

  • Carrasco, M. M. y Victoria, M. (2015). ¿Cómo aprendemos desde la neurociencia? : la neuropedagogía y el impacto en el aula de clase. Educación21, 20-24. https://doi.org/10.33539/educacion.2015.n21.1048
  • Fowler, A., Whitehurst, K., Al Omran, Y., Rajmohan, S., Udeaja, Y., Koshy, K. y Gundogan, B. (2017). How to study effectively. International journal of surgery. Oncology2(6), e31. https://doi.org/10.1097/IJ9.0000000000000031
  • Huallpa, M. L. (2017). Prácticas de aprendizaje y técnicas de estudio en estudiantes con rendimiento óptimo, de la UMSA – Pueblo de Achacachi Carrera de Ciencias de la Educación gestión 2016 [Tesis de maestría]. Universidad Mayor de San Andrés.
  • Villota, M. F. E., Escobar, M. F. y Velásquez, F. G. (2015). College students habits and study techniques. a general review. Psicogente18(33), 166-187. https://doi.org/10.17081/psico.18.33.64
  • Wollstein, Y. y Jabbour, N. (2022). Spaced Effect Learning and Blunting the Forgetfulness Curve. Ear, Nose & Throat Journal101(9_suppl), 42S-46S. https://doi.org/10.1177/01455613231163726