Dado todo lo que ha acontecido a nivel mundial por el COVID-19 y cómo eso ha repercutido en nuestra vida (laboral, cotidiana, emocional y psíquica, económica, etc.), el retorno a la nueva normalidad también ha traído consigo consecuencias. El acompañar y encontrar una forma eficiente y saludable para reacomodarnos a la nueva normalidad será fundamental. Hallar un lugar que, además de eficiente, cuide la comodidad y el lugar del otro, entendiendo así que no todos lo vivimos de la misma manera y, por lo tanto, la forma de afrontar el retorno será diferente. Veamos cómo podemos acompañar a los niños en su vuelta a la cotidianidad.

¿Cómo se ha vivido el confinamiento?

Impacto emocional

El confinamiento no solo incluyó el aislamiento de cada hogar sino que, por el contrario, se efectuaron cambios en la organización de la vida cotidiana de cada persona. Los niños sin comprender del todo lo que estaba sucediendo se fueron encontrando con una nueva realidad:

Madre Poniéndole Una Mascarilla A Su Hija
  • Compartir la mayoría de su día con los integrantes de su hogar, algo que, por el modo de vida que se lleva hoy en día, no sucede en demasía. Sin lugar a dudas compartir tiempo en la crianza de un hijo es fructífero, pero el encontrarse en una convivencia permanente puede generar sus controversias.
  • Ver que sus padres no concurren al empleo, así como ellos tampoco a la escuela. Consecuentemente, disminuyendo la comunicación y contacto con pares, fundamental en este estadio de la vida para la realización de un proceso de socialización saludable.
  • Exceso en el uso de la tecnología no únicamente para el uso ludo-recreativo, sino también para la realización de tareas y actividades escolares. Descubriendo, en algunos casos, que la utilización constante de la tecnología no es tan positiva como se cree.
  • Escasez de actividades fuera del hogar, evitando el contacto con la naturaleza, tan propicio en el desarrollo del ser humano.

Efectos en la conducta

De esta manera se comenzaron a observar en forma genérica -desde los niños hasta los adultos mayores- una serie de conductas que hallaban cierta relación con el aislamiento y lo mencionado anteriormente, como es el/la:

Fotos de stock gratuitas de artilugio, chavales, chico afroamericano
  1. Malhumor
  2. Ansiedad
  3. Trastornos en el sueño (insomnio, somnolencia)
  4. Estrés
  5. Frustración (ej. frente al uso excesivo de la tecnología)
  6. Sedentarismo
  7. Dificultad para mantener rutinas (ej. horarios, alimentación saludable)

Estrategias para un retorno saludable a las actividades

Como punto de partida es interesante pensar que todos somos diferentes, por lo que los procesos de cambio también los enfrentamos de manera distinta.

De la misma forma que algunos han asumido de forma más sencilla el confinamiento y a otros se les ha hecho más dificultoso, con los niños sucede igual, no son la excepción.

Como adultos referentes podemos tomar en cuenta algunas estrategias para que el proceso de acompañarlos en su vuelta a la cotidianidad sea lo más cómodo posible. No solo para ellos, sino también para que este proceso sea ameno para el resto de adultos que convivan en el domicilio.

Acompañar a los niños en su vuelta a la cotidianidad

Fotos de stock gratuitas de abrazar, abrazo, adentro
  • Respetar los tiempos: Acompañar el proceso sin tantas presiones ni exigencias esperando que el comportamiento sea de una forma determinada.
  • Disponibilidad para el diálogo: Contemplando el ítem antes mencionado, estar atentos, cercanos y observadores a la forma en cómo se van acomodando. Generar escenarios donde puedan compartir cómo es para ellos retomar el vínculo con sus pares, el resto de la familia, las responsabilidades, actividades, etc.
  • Apoyo y comunicación fluida con el resto de los adultos que rodean al niño: En el caso de retomar las actividades escolares y/o extracurriculares dialogar con los educadores, así como también con el resto de la familia. Propiciar canales de comunicación entre todas las partes con el propósito de intercambiar información y construir miradas compartidas (CCEPI, 2014).
  • Contarles cómo desde nuestro lugar de adultos lo estamos atravesando: Devolverles lo complejo/sencillo que se nos esta haciendo retomar con nuestras responsabilidades o cómo estamos vivenciando el dejar de estar tanto tiempo en nuestro hogar. Asimismo, destacar no solo lo positivo sino también lo negativo, dado que el niño para crecer de forma saludable necesita de adultos que le enseñen a atravesar la vida en su totalidad. Soto y Violante (2008) aluden al hecho de acompañar con la palabra como una de las dimensiones importantes implicadas en la forma de participación de los adultos.
  • Motivar a aquellos a los que les cuesta más: Alentarlos y recordarles lo positivo que era y lo bien que lo pasaban en la escuela, haciendo las actividades o en compañía de sus amigos.

Conclusiones

En este retorno a la nueva normalidad hagamos el ejercicio de pensar que no es un comenzar el año de nuevo, ni un reenganche. El mundo no se pausó.

Pasaron muchos sucesos que no transcurrieron de forma desapercibida y, sin duda, de alguna forma nos atravesó, y puede que esto influya en el posterior desempeño.

Tomar y ejercitar los puntos anteriormente mencionados podrán ayudarnos en el proceso de acompañar a los niños en su vuelta a la cotidianidad, sea cual sea el lugar que como adultos ocupemos.

De allí, el vínculo que se construye entre niño-adulto, indefectiblemente tendrá características particulares que tendrán incidencia en su desempeño, ajuste psicológico y social dentro del espacio.

Referencias bibliográficas

  • Carrillo Ávila, S. (2008). Relaciones afectivas tempranas: presupuestos teóricos y preguntas fundamentales. En Larreamendy, J. Claves para pensar el cambio: Ensayos sobre Psicología del desarrollo, (61) Bogotá, Colombia: Uniandes.
  • CCEPI (2014). Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos desde el nacimiento a los seis años. https://www.mec.gub.uy/…/marco-curricular_primera-infancia_version-digital-2.pdf
  • Soto, C. y Violante, R. (2008). Enseñar contenidos en el jardín maternal: una forma de compartir la crianza. En Soto, C. Violante, R. Pedagogía de la Crianza: Un campo en construcción (p. 31- 65). Buenos Aires: Paidós.