La calidad del sueño es esencial para el mantenimiento de la salud y el óptimo funcionamiento durante la vigilia. De hecho, la falta de sueño se ha asociado con diversos problemas de salud, desde diabetes y obesidad hasta enfermedades cardíacas. Además, afecta negativamente el rendimiento laboral, aumenta el riesgo de accidentes de tráfico y contribuye a problemas de ánimo y relaciones interpersonales. Esta nota, se centra en los trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia, explorando su etiología, epidemiología, evaluación y tratamientos específicos.
Acerca del ritmo circadiano
El ritmo circadiano, una parte fundamental de la biología humana, se refiere a los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo aproximado de 24 horas. Este ritmo, gestionado por el sistema circadiano, está intrínsecamente vinculado con factores externos, siendo la luz ambiental uno de los reguladores más destacados.
El reloj biológico
El núcleo del sistema circadiano, ubicado en el hipotálamo, actúa como un reloj biológico que sincroniza diversas funciones corporales con los patrones del día y la noche. En esto, elementos clave como la secreción de melatonina y la temperatura corporal varían a lo largo del día, influyendo en procesos como el sueño y la cognición
Así, se convierte en un fenómeno crucial para mantener la homeostasis y la salud en general. Destacando, del mismo modo, la profunda interconexión entre los organismos vivos y su entorno temporal (Basit y Damhoff, 2023).
El ritmo circadiano también falla
Como se ha expuesto, el sistema circadiano regula la consolidación del sueño y otros parámetros fisiológicos esenciales para la salud y el funcionamiento óptimo. Este sistema, sincronizado principalmente por la luz, puede medirse a través de niveles de melatonina, cortisol y temperatura corporal central. Ahora, los trastornos del ritmo circadiano pueden surgir por disfunciones intrínsecas o factores ambientales (Nobre et al., 2021).
¿Cómo se manifiestan?
Por ejemplo, en el retraso o adelanto en el inicio del sueño, la falta de consolidación del sueño, o la desincronización entre los ritmos biológicos internos y las demandas externas. Como en el caso del trabajo por turnos o el síndrome de cambio rápido de zona horaria (jet lag, en inglés).
Entre los trastornos más comunes se encuentra el trastorno del ritmo circadiano del sueño-vigilia, donde los patrones normales de sueño se ven alterados. Igual que, el trastorno de fase del sueño, que implica un desplazamiento persistente en el momento de inicio del sueño. Ahora, dichos trastornos no solo afectan el patrón de sueño. Sino que, además, pueden tener consecuencias significativas para la salud mental y física. Destacando, así, la importancia de comprender y abordar las complejidades del sistema circadiano en el diagnóstico y tratamiento de tales condiciones.
Prevalencia de los trastornos del ritmo circadiano
Aunque la prevalencia exacta de los trastornos del ritmo circadiano no está claramente establecida. Su impacto en la salud pública es significativo y abarca diversas dimensiones. Pues, sumado a que afectan la calidad y la cantidad del sueño, también se han asociado con una serie de consecuencias adversas para la salud.
En ámbito laboral
Los trabajadores por turnos que experimentan desajustes en sus ritmos circadianos pueden enfrentar dificultades en la concentración, toma de decisiones y desempeño general. Lo que puede tener implicaciones para la seguridad en entornos laborales críticos.
Además, estos trastornos han sido vinculados con problemas de salud mental. Véase la depresión y la ansiedad, así como con desafíos metabólicos que pueden contribuir al desarrollo de condiciones como la diabetes y la obesidad. De esta manera, su impacto multidimensional destaca la importancia de abordar tales cuadros desde una perspectiva de salud pública, desarrollando estrategias de prevención, concientización y tratamiento para mitigar sus consecuencias en la sociedad (Steele et al., 2021).
¿Cómo se diagnostica un trastorno del ritmo circadiano?
El diagnóstico de los trastornos del sueño, incluidos los circadianos, se basa en una historia exhaustiva. En esto, la evaluación física se centra en identificar factores de riesgo para otras condiciones que puedan precipitar, aumentar o imitar el insomnio, como la depresión o la apnea del sueño. Asimismo, se examinan índice de masa corporal, morfología y condición craneofacial, tórax, y se realiza una evaluación neurológica.
Acerca del enfoque terapéutico
El enfoque terapéutico para los trastornos del ritmo circadiano varía según la naturaleza específica de cada trastorno. Por ejemplo, en el caso del trastorno del ritmo sueño-vigilia de fase adelantada, se ha encontrado que la terapia de luz brillante es una estrategia efectiva. Esta terapia implica la exposición a una luz intensa, generalmente en las primeras horas de la mañana, para ayudar a ajustar el ritmo circadiano y promover un patrón de sueño más alineado con las expectativas sociales.
En contraste, para el trastorno del desfase horario, que a menudo está relacionado con viajes transoceánicos y cambios rápidos en las zonas horarias, las intervenciones pueden incluir la exposición cronometrada a la luz y la administración controlada de melatonina. Ya que, la exposición cuidadosamente programada a la luz y la suplementación de melatonina buscan sincronizar el ritmo circadiano con el nuevo entorno horario, facilitando la adaptación del cuerpo al nuevo ciclo día-noche (Abbott et al., 2020).
La importancia de un enfoque integral
Dado que los problemas de sueño son prevalentes y pueden tener ramificaciones significativas para la salud general y el bienestar, se destaca la importancia de un enfoque integral y colaborativo en su gestión. Así pues, un equipo interdisciplinario que incluya a profesionales de la salud como farmacéuticos, enfermeras practicantes, neurólogos, psiquiatras, médicos de atención primaria, psicoterapeutas e internistas puede abordar de manera más efectiva los diversos aspectos de los trastornos del sueño (McEwen et al., 2015).
Abordajes farmacológicos
Sabemos que los farmacéuticos pueden desempeñar un papel crucial al proporcionar información sobre medicamentos, posibles interacciones y efectos secundarios, ayudando así a optimizar el tratamiento farmacológico cuando es necesario. Por su parte, los neurólogos y psiquiatras, especialistas en el sistema nervioso y la salud mental, respectivamente, pueden contribuir con su experiencia en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del sueño más complejos o aquellos relacionados con condiciones neurológicas y psiquiátricas subyacentes, como por ejemplo el trastorno jactatio capitis, que continúa siendo un enigma. Finalmente, los médicos de atención primaria son fundamentales para la gestión integral, ya que suelen ser el primer punto de contacto y coordinación para los pacientes (Kim et al., 2022).
Conclusión
La calidad del sueño desempeña un papel fundamental en la salud y el bienestar general de las personas, y los trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia pueden tener un impacto significativo en diversos aspectos de la vida. El ritmo circadiano, orquestado por el sistema circadiano, regula no solo el sueño, sino también varios procesos fisiológicos esenciales.
En esto, los trastornos en dicho sistema pueden manifestarse de diversas maneras, desde alteraciones en los patrones de sueño hasta desajustes en el inicio y final del mismo. Si te interesa profundizar en técnicas de evaluación, diagnóstico y abordaje del sueño, te recomendamos nuestro curso en trastornos del sueño.
Referencias bibliográficas
- Abbott, S. M., Malkani, R. G. y Zee, P. C. (2020). Circadian disruption and human health: A bidirectional relationship. The European journal of neuroscience, 51(1), 567–583. https://doi.org/10.1111/ejn.14298
- Basit, H., Damhoff, T. C. y Huecker, M. R. (2023). Sleeplessness and Circadian Disorder. StatPearls Publishing.
- Kim, J. H., Elkhadem, A. R. y Duffy, J. F. (2022). Circadian Rhythm Sleep-Wake Disorders in Older Adults. Sleep medicine clinics, 17(2), 241-252. https://doi.org/10.1016/j.jsmc.2022.02.003
- McEwen, B. S. y Karatsoreos, I. N. (2015). Sleep Deprivation and Circadian Disruption: Stress, Allostasis, and Allostatic Load. Sleep medicine clinics, 10(1), 1-10. https://doi.org/10.1016/j.jsmc.2014.11.007
- Nobre, B., Rocha, I., Morin, C. M. y Cruz, M. M. E. (2021). Insomnia and circadian misalignment: an underexplored interaction towards cardiometabolic risk. Sleep science (Sao Paulo, Brazil), 14(1), 55-63. https://doi.org/10.5935/1984-0063.20200025
- Steele, T. A., St Louis, E. K., Videnovic, A. y Auger, R. R. (2021). Circadian Rhythm Sleep-Wake Disorders: a Contemporary Review of Neurobiology, Treatment, and Dysregulation in Neurodegenerative Disease. Neurotherapeutics : the journal of the American Society for Experimental NeuroTherapeutics, 18(1), 53-74. https://doi.org/10.1007/s13311-021-01031-8