El descanso es una necesidad básica fundamental para reparar los tejidos, consolidar la memoria y estabilizar el ánimo. Debido a ello, tiene un impacto vital sobre el desempeño atlético. Sin embargo, entre viajes, esfuerzo, presiones competitivas y horarios irregulares, muchos deportistas entrenan con menos horas de descanso de las necesarias. La pregunta es inevitable: ¿qué ocurre cuándo la relación entre sueño y rendimiento se desequilibra? En la siguiente nota, sintetizamos los hallazgos de un estudio que reúne evidencia experimental sobre cuáles son las variables más afectadas y en qué momento se manifiestan los efectos.
¿Dormir más implica un mejor desempeño?
La literatura científica ya había señalado vínculos estrechos entre sueño y rendimiento. Dormir menos de lo necesario afecta la recuperación muscular, altera el metabolismo energético y compromete la coordinación. No obstante, los resultados previos eran heterogéneos y difíciles de interpretar.
Algunos estudios reportaban caídas claras en la resistencia, mientras que otros no encontraban cambios relevantes en fuerza o velocidad tras una noche en vela. También faltaban comparaciones sistemáticas entre atletas, cuyas exigencias físicas y cognitivas son elevadas, y personas no entrenadas, que dependen menos de esos parámetros.
En este contexto, la nueva investigación de Kong y colaboradores permite ordenar el panorama y cuantificar de manera precisa el efecto en cada componente del desempeño físico y psicológico.
Privación de sueño bajo la lupa
La revisión incluyó 45 análisis con un total de 670 participantes, divididos entre atletas y no deportistas. Se analizaron cuatro tipos de privación: total, cuando se pasa una noche completa sin dormir; parcial al inicio de la noche, al retrasar significativamente la hora de acostarse; parcial al final, al despertarse más temprano de lo habitual; y reducciones intermedias.
Los indicadores de rendimiento fueron variados e incluyeron resistencia aeróbica y anaeróbica, potencia explosiva, fuerza máxima, velocidad, control de habilidades y esfuerzo percibido. Las pruebas se realizaron tanto en horario matutino como vespertino, lo que permitió observar diferencias relacionadas con los ritmos circadianos.
¿Qué se deteriora primero cuando falta descanso?
La resistencia aeróbica fue uno de los aspectos más sensibles a la falta de descanso. Tanto atletas como personas no entrenadas mostraron caídas significativas, aunque el efecto fue más marcado en quienes no eran profesionales.
También se observaron reducciones claras en la potencia explosiva, la fuerza máxima y la velocidad, especialmente en atletas. El impacto fue mayor cuando la privación se produjo al final de la noche, lo que indica que las fases profundas y la fase de movimiento ocular rápido (reticular eye movement, REM, en inglés) son esenciales para la recuperación muscular y hormonal.
Entonces… ¿Qué grupo se ve más afectado?
El análisis comparativo mostró que los atletas sufren un deterioro más amplio, que incluye resistencia, potencia, fuerza, velocidad, control y esfuerzo percibido. Su preparación física, también los hace más sensibles a la falta de descanso.
Por lo tanto, en deportes que dependen de picos de potencia, precisión o rapidez en la ejecución, esta reducción podría marcar la diferencia entre alcanzar el máximo desempeño o quedarse por debajo de lo esperado.
El vínculo entre sueño y rendimiento se explica por la alteración de procesos cognitivos como la atención sostenida, la memoria de trabajo y la flexibilidad mental, todos dependientes de un descanso adecuado.
Más cansancio, menos motivación
Adicionalmente, la percepción del esfuerzo frente a la falta de sueño se eleva de manera consistente. Los atletas reportaron sentir que las tareas físicas demandaban más energía de lo habitual, incluso cuando la caída objetiva en el desempeño no era drástica.
Dicho aumento en la percepción del esfuerzo tiene consecuencias psicológicas directas. A título ilustrativo, reduce la motivación, incrementa la fatiga mental y eleva el riesgo de abandonar entrenamientos o de competir en condiciones poco óptimas.
El peso de cada hora dormida
El estudio reveló que no todas las pérdidas de sueño son iguales. La privación total afecta sobre todo la resistencia aeróbica, mientras que la parcial al final de la noche golpea con más fuerza la potencia, la fuerza y la velocidad.
La privación parcial al inicio se asocia más con dificultades técnicas y, en ambos casos, se incrementa la percepción del esfuerzo. Entonces, el tramo final de la noche, cuando predominan las fases profundas y el sueño REM, resulta crucial para preservar capacidades explosivas y cognitivas. Otro hallazgo relevante es que todos los efectos negativos se amplificaron por la tarde.
Lo que esta investigación no puede asegurar
Aunque la revisión ofrece una evidencia sólida, también presenta limitaciones. La heterogeneidad de los estudios incluidos, tanto en sus diseños como en sus medidas de rendimiento, dificulta establecer comparaciones totalmente uniformes. La mayoría de las investigaciones se centró en efectos agudos, por lo que aún queda pendiente explorar qué ocurre con la privación crónica de sueño.
Además, la baja representación femenina impide analizar posibles diferencias de género. Cabe destacar que los experimentos de laboratorio no reflejan completamente las condiciones de una competencia real, donde influyen la presión, el público o las condiciones ambientales.
Dormir para ganar: La táctica que más rinde
La conclusión del metaanálisis es clara: dormir poco deteriora la resistencia, la fuerza, la velocidad y la técnica, y aumenta la percepción de esfuerzo. El impacto varía según el tipo de privación y el momento del día, pero siempre es negativo. Para atletas y entrenadores, el descanso debe considerarse una herramienta de entrenamiento tan relevante como la carga física o la planificación nutricional.
Cuidar las horas de descanso, respetar rutinas de higiene del sueño, incorporar siestas estratégicas y organizar los entrenamientos en función de la calidad del descanso son prácticas que marcan la diferencia. En definitiva, sueño y rendimiento son dos caras inseparables de la misma moneda, y este trabajo refuerza la idea de que sin un descanso adecuado no hay un verdadero rendimiento deportivo sostenible.
Referencia bibliográfica
- Kong Y., Yu B., Guan G., Wang Y. y He H. (2025). Effects of sleep deprivation on sports performance and perceived exertion in athletes and non-athletes: a systematic review and meta-analysis. Front Physiol.16:1544286. Doi: https://doi.org/10.3389/fphys.2025.1544286