El riesgo de suicidio representa uno de los desafíos más preocupantes para la salud mental global. Este fenómeno, íntimamente ligado a síntomas depresivos, desesperanza y patrones de pensamiento rígidos, suele expresarse a través de ideas suicidas. En tal contexto, resulta crucial explorar estrategias terapéuticas eficaces que permitan intervenir en la raíz del malestar. En la siguiente nota, nos basaremos en un metaanálisis reciente que evaluó el impacto de la terapia de esquemas sobre los síntomas de malestar en personas que asistían a centros de consejería psicológica.

Esquemas mentales y riesgo suicida: Una relación profunda

riesgo suicida y terapia de esqumas y ideas suicidas

Como hemos adelantado, el riesgo de suicidio se encuentra estrechamente ligado a la presencia de sintomatología depresiva y patrones de pensamiento disfuncionales que comienzan a formarse desde edades tempranas. Las ideas suicidas, que varían desde fantasías vagas hasta planes concretos, son un importante predictor de conducta suicida. Según múltiples estudios, suelen estar alimentadas por esquemas cognitivos desadaptativos, es decir, patrones profundos de pensamiento negativo sobre uno mismo y el entorno.

En dicho contexto, la terapia de esquemas surge como una respuesta a estas configuraciones cognitivas rígidas. Desarrollada por Jeffrey Young, resulta una modalidad integradora que combina técnicas de la terapia cognitivo-conductual (TCC) con elementos de la teoría del apego y la psicodinámica. Su objetivo es identificar, cuestionar y modificar estos patrones disfuncionales, promoviendo el desarrollo de nuevas formas de afrontamiento y mayor flexibilidad emocional.

Con el propósito de evaluar la eficacia de la terapia de esquemas en personas con malestar psicológico y pensamientos suicidas, Mazlomi et al. llevaron a cabo en 2023 un nuevo estudio. El trabajo no solo buscó medir la reducción de la sintomatología, sino también explorar si intervenir en los patrones desadaptativos podía disminuir la ideación suicida. Veamos en profundidad su metodología.

Evaluando el cambio: ¿Qué se hizo y con quiénes?

El metaanálisis de referencia adoptó un diseño cuasi-experimental. La muestra estuvo compuesta por 28 personas asistentes a centros de consejería en Irán durante un año, divididas aleatoriamente en dos grupos. El experimental participó en ocho sesiones de terapia de esquemas, mientras que el de control no recibió intervención.

Por otro lado, las herramientas empleadas incluyeron la Escala de depresión, ansiedad y estrés (Depression Anxiety and Stress Scale-21, DASS-21, en inglés) y la Escala de Ideación Suicida de Beck (Beck Scale for Suicidal Ideation, BSSI, en inglés), utilizada para evaluar tanto ideación activa como pasiva. Posteriormente, se aplicaron análisis estadísticos para comparar los resultados pre y post-tratamiento, controlando los puntajes iniciales. Ahora bien, ¿qué cambios se evidenciaron tras la intervención?

Transformaciones visibles en el malestar

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Los resultados mostraron una disminución estadísticamente significativa en los niveles de estrés, ansiedad y depresión en quienes recibieron la terapia. Tal mejoría fue consistente en las tres dimensiones medidas por la escala DASS-21. Por otro lado, el grupo control no evidenció cambios.

Reducción del riesgo suicida

Asimismo, uno de los hallazgos más relevantes fue la disminución de las ideas suicidas en el grupo experimental. Concretamente, los participantes reportaron menor frecuencia de pensamientos autodestructivos, menor planificación suicida y mayor percepción de control frente a esas ideas. Dado que el riesgo suicida suele surgir de creencias rígidas de desesperanza, la terapia de esquemas ofreció una vía de transformación efectiva.

¿Nuevas formas de afrontar el malestar?

Otro hallazgo importante fue el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento emocional. A través de técnicas como la reescritura de imágenes mentales, la activación del “adulto sano” y la integración de estrategias de aceptación emocional, las personas lograron establecer nuevos marcos interpretativos para sus experiencias emocionales.

Activación del cambio a nivel profundo

La terapia de Young actuó sobre los niveles más profundos de la cognición: los esquemas nucleares. Dichos moldes mentales, como el de abandono, defecto o desconfianza, fueron desafiados activamente en las sesiones.

En consecuencia, se posibilitó una transformación más duradera y no solo de modo paliativo. Lo anterior, sugiere que la intervención, además de aliviar los síntomas inmediatos, impacta en la raíz cognitiva que los genera.

Lo que aún queda por resolver…

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Una de las principales limitaciones del estudio fue el tamaño reducido de la muestra, compuesta por apenas 28 personas, todas provenientes de centros de consejería en una única región de Irán. Esta limitación geográfica y cuantitativa dificulta la generalización de los resultados a otras poblaciones o a contextos socioculturales diversos. Además, al tratarse de un diseño cuasi-experimental sin aleatorización completa, los hallazgos deben interpretarse con cautela.

Otro aspecto a considerar es la exclusividad del uso de instrumentos de autorreporte para evaluar las variables. Aunque son herramientas son validadas y ampliamente utilizadas, podrían verse afectadas por sesgos de deseabilidad social o dificultades para expresar experiencias internas complejas.

Asimismo, la ausencia de un seguimiento posterior impide conocer si los beneficios obtenidos durante la intervención se mantienen en el largo plazo, aspecto que sería fundamental para valorar el impacto real de la terapia de esquemas en el riesgo suicida.

Una apuesta sólida contra el sufrimiento

Los resultados de este estudio aportan evidencia inicial a favor del uso de la terapia de esquemas para reducir el riesgo suicida. Al trabajar directamente sobre los patrones desadaptativos que estructuran el pensamiento y la emocionalidad, permite no solo aliviar la sintomatología actual, sino transformar patrones de fondo que perpetúan el malestar. Además, el fortalecimiento del afrontamiento emocional y la resignificación de la experiencia interna abren nuevas vías para la prevención y el acompañamiento terapéutico.

En un escenario donde las tasas de suicidio adolescente aumentan y los recursos clínicos se ven sobrecargados, apostar por enfoques que promuevan cambios profundos y sostenidos se vuelve urgente. La terapia de esquemas, con su enfoque integrador y su capacidad para intervenir en la raíz del sufrimiento, ofrece una alternativa valiosa que merece ser explorada en mayor profundidad. Futuros estudios con muestras más amplias y diversos contextos culturales permitirán confirmar su efectividad y ampliar su implementación en ámbitos clínicos y educativos.

Referencia bibliográfica

  • Mazlomi, M., Gholipor, F., Hamlehvarsheikhrajeh, F., Mosavi, S. K. y Pahlevan Seyedabadi, S. (2024). Effectiveness of Schema Therapy on Psychological Symptoms and Suicidal Thoughts in Individuals Attending Counseling Centers. KMAN Counseling & Psychology Nexus, 3, 1-8. https://doi.org/10.61838/kman.hp.psynexus.3.4