La risperidona, fármaco psicotrópico, demostró ser una herramienta valiosa para el tratamiento de diversas condiciones de salud mental. Actualmente, se ha observado un aumento en su prescripción, particularmente en poblaciones infantojuveniles, como resultado de la gran eficacia observada en estudios recientes. Tal crecimiento ha llevado a un renovado interés por comprender no solo sus aplicaciones clínicas, sino también los riesgos asociados a su administración. En esta nota, exploraremos qué es la risperidona, su mecanismo de acción, efectos terapéuticos y consideraciones importantes en su uso.
Conozcamos más acerca de este medicamento
Es un antipsicótico atípico que pertenece a la clase de los antipsicóticos de segunda generación. Se desarrolló en la década de 1980 y fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration, FDA, en inglés) en 1993 para su uso en el tratamiento de la esquizofrenia. Desde entonces, ha encontrado aplicaciones en una variedad de condiciones psiquiátricas.
¿Cómo se administra?
Con respecto a su vía de administración, la risperidona se presenta en forma de tabletas, como solución oral e incluso en inyecciones. Lo anterior, permite su uso en diversos contextos clínicos, por ejemplo, en trastornos psicológicos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
¿Cuál es el perfil farmacológico?
En pocas palabras, un perfil farmacológico refiere a una descripción global de cómo actúa un fármaco en el organismo. Incluye varios aspectos, entre ellos:
- Farmacocinética: Cómo se absorbe, distribuye, metaboliza y elimina del cuerpo.
- Mecanismo de acción: A qué receptores o sistemas del cerebro/cuerpo se une el medicamento y cómo los modifica.
- Efectos terapéuticos: Qué síntomas o trastornos ayuda a tratar.
- Efectos secundarios: Qué reacciones no deseadas pueden aparecer.
Particularmente, el de este antipsicótico mantiene una acción dual, afectando el sistema dopaminérgico y serotoninérgico a la vez, lo que lo distingue de otros psicofármacos. Tal característica ha contribuido a la eficacia en el manejo de síntomas psicóticos y de comportamiento (Reyes y Pizarro, 2022). Veamos en profundidad su mecanismo de acción.
Risperidona y cerebro: Un vistazo a sus efectos principales
Por un lado, dicho fármaco actúa como antagonista de los receptores de dopamina D2, lo que significa que bloquea su actividad en ciertas áreas del cerebro. La dopamina es un neurotransmisor que desempeña un papel clave en la regulación del estado de ánimo, la motivación y la percepción. Al bloquear dichos receptores, reduce la actividad dopaminérgica excesiva, aliviando así, los síntomas psicóticos.
Adicionalmente, antagoniza los receptores de serotonina 5-HT2A. La serotonina es otro neurotransmisor importante que influye en el estado de ánimo, la ansiedad y la regulación emocional. La inhibición de tales receptores podría tener un impacto beneficioso en la reducción de síntomas negativos y cognitivos en trastornos psiquiátricos. Como, por ejemplo, la abulia, anhedonia y aislamiento social.
¿Frente a qué cuadros se utiliza?
En primera instancia, es un medicamento eficaz para el manejo de los síntomas positivos (alucinaciones, delirios) y negativos (apatía, retraimiento social) de la esquizofrenia. Concretamente, su capacidad para reducir la actividad dopaminérgica en el cerebro la convierte en una opción terapéutica valiosa para controlar los episodios psicóticos agudos y prevenir recaídas (Hodkinson et al., 2021).
A su vez, se utiliza en el tratamiento de episodios maníacos y mixtos en el trastorno bipolar. Lo antedicho se debe a que la risperidona ayuda a estabilizar el estado de ánimo y reducir la agitación y la agresividad asociadas (Reyes y Pizarro, 2022).
Usos en niños y adolescentes: TEA y trastornos del comportamiento
La risperidona ha demostrado ser uno de los pocos tratamientos farmacológicos con efectos aprobados para la irritabilidad asociada al trastorno del espectro autista (TEA) en poblaciones infantojuveniles. Concretamente, genera una reducción significativa de conductas problemáticas como la agresión, la irritabilidad, los estallidos de ira, los comportamientos autolesivos y la agitación (Mano-Sousa et al., 2022).
Sumado a ello, es empleado para abordar otros trastornos del comportamiento, especialmente cuando se presentan síntomas como impulsividad, agresividad severa o desregulación emocional. Si bien no se recomienda como tratamiento de primera línea, suele ser útil en cuadros en los que las intervenciones psicosociales no han sido suficientes (Reyes y Pizarro, 2022).
Trastornos de ansiedad y agitación en personas mayores
En la población geriátrica, la risperidona se prescribe ocasionalmente para el tratamiento de síntomas de agitación, ansiedad intensa o psicosis asociadas a enfermedades neurodegenerativas como la demencia. Sin embargo, su uso en adultos mayores continúa siendo motivo de controversia. Estudios recientes advierten que, si bien podría ofrecer beneficios conductuales a corto plazo, también se asocia a un incremento en el riesgo de efectos adversos graves, incluyendo eventos cerebrovasculares y aumento de la mortalidad.
Dado este perfil de riesgo, las guías clínicas recomiendan utilizar risperidona con extrema precaución en este grupo etario, siempre priorizando otras intervenciones no farmacológicas y evaluando caso por caso. Por lo tanto, la decisión de prescribirla debe estar fundamentada en una evaluación clínica integral que contemple la severidad de los síntomas, el nivel de malestar del paciente y los posibles impactos adicionales (Hodkinson et al., 2021).
Efectos secundarios: Algunas precauciones
Como cualquier psicofármaco, la risperidona presenta ciertos efectos adversos y contraindicaciones. Entre ellos, se destacan el aumento de peso, la somnolencia, los mareos y algunos efectos extrapiramidales (temblores, rigidez muscular). Adicionalmente, en ocasiones, aumentan los niveles de prolactina en sangre, lo que podría llevar a disrupciones endócrinas (Reyes y Pizarro, 2022).
Teniendo esto en consideración, es fundamental que el uso de risperidona sea supervisado por un profesional de la salud, quien evaluará los beneficios y efectos potenciales para cada paciente en particular. Enfatizamos: la dosificación y el monitoreo regular son esenciales para optimizar los resultados terapéuticos.
Conclusión
La risperidona ha demostrado ser una herramienta farmacológica eficaz en el tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos. Su acción dual sobre los sistemas dopaminérgico y serotoninérgico permite tratar tanto síntomas positivos como negativos, y su versatilidad en formas de administración facilita su uso en distintos contextos clínicos. Sin embargo, su efectividad debe siempre sopesarse con los posibles riesgos, que incluyen alteraciones endocrinas y neurológicas, especialmente en poblaciones vulnerables como niños y personas mayores.
Más allá de su eficacia clínica, la prescripción de risperidona también plantea interrogantes éticos y sociales, especialmente en lo que respecta al uso en población infantojuvenil o en contextos donde otros tratamientos no farmacológicos podrían considerarse primero. En este sentido, ¿cómo podemos asegurar un equilibrio entre el alivio sintomático y el respeto por el desarrollo, la autonomía y la calidad de vida de los pacientes?
Referencias bibliográficas
- Mano-Sousa, B. J., Pedrosa, A. M., Alves, B. C., Galduróz, J. C. F., Belo, V. S., Chaves, V. E., y Duarte-Almeida, J. M (2022). Effects of Risperidone in Autistic Children and Young Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis. Current Neuropharmacology, 19(4), 538–552. https://doi.org/10.2174/1570159X18666200529151741
- Hodkinson, A., Heneghan, C., Mahtani, K. R., Kontopantelis, E. y Panagioti, M. (2021). Benefits and harms of Risperidone and Paliperidone for treatment of patients with schizophrenia or bipolar disorder: a meta-analysis involving individual participant data and clinical study reports. BMC medicine, 19, 1-15. https://doi.org/10.1186/s12916-021-02062-w
- Latrèche, C., Maeder, J., Mancini, V., Schneider, M. y Eliez, S. (2022). Effects of risperidone on psychotic symptoms and cognitive functions in 22q11. 2 deletion syndrome: Results from a clinical trial. Frontiers in Psychiatry, 13, 972420. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2022.972420
- Reyes, E. y Pizarro, L. (2022). Rol de la terapia farmacológica en los trastornos del espectro autista. Revista Médica Clínica Las Condes, 33(4), 387-399. https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2022.07.002