Al contrario de lo que creemos, cada persona percibe la realidad de forma distinta. Muchas mezclan percepciones. Pero ¿Cómo lo hacen y por qué? Un ejemplo de ello puede ser al percibir sabores cuando escuchan números, sentir formas y texturas cuando saborean alguna comida, o incluso ver colores cuando oyen música. A este fenómeno se lo conoce como sinestesia. Indaguemos un poco más en la relación que existe entre la sinestesia y el aprendizaje en los sinéstetas.

¿Qué es la sinestesia?

La sinestesia es un fenómeno perceptual y posterior a un estímulo específico inducido que desencadena una percepción concurrida.

Ahora, el estímulo inductor puede ser de diversa naturaleza, así como también la percepción (Jäncke, 2014).

De esta forma, podemos definirla como un fenómeno donde un estímulo específico puede activar dos percepciones distintas

La sinestesia ha sido estudiada desde el siglo XIX por Georg Sachs, que publicó el primer trabajo sobre dicho fenómeno. En este describió su propia sinestesia y la de su hermana como una asociación entre números y colores.

A partir de numerosas investigaciones en dicho siglo, se llegó a la conclusión de que la sinestesia no era un fenómeno patológico. Sin embargo, no es hasta el siglo XX cuando comienza a existir un rápido crecimiento en su entendimiento y las diferentes modalidades perceptuales (Ward, 2013).

¿Por qué se forma la sinestesia?

Con la llegada de las investigaciones genéticas y un mayor avance del estudio del cerebro, se han formulado diversas teorías que pretenden explicar las causas de este fenómeno perceptual.

Una de ellas es el aprendizaje como base funcional, por ejemplo. Y es que, en principio, el cerebro de los recién nacidos no limita la percepción desde sus diferentes inputs sensoriales, mostrando una percepción fusionada y solapada. 

Posteriormente, este desorden sensorial debe organizarse con la maduración cerebral en el aprendizaje. Sabemos que, en las primeras etapas pre-escolares, el aprendizaje se realiza por asociación.

sinestétas

Esta desorganización sensorial juega un papel importante, ayudando a emparejar categorías previamente aprendidas con otras en proceso.

Un ejemplo de esto es la generación interna de letras coloreadas, que ayudan a discriminar letras parecidas y, así, sucesivamente con el objetivo de dominar la categoría del estímulo.

¿Qué significa? Que los aprendizajes obtenidos en diversas gamas sensitivas son más significativos que aquellos que resultan de una forma concreta y directa. 

Una vez que se han terminado de dominar dichas categorías y que la maduración cerebral ha conseguido diferenciar y limitar las barreras sensoriales, ya no es necesaria la utilización de la sinestesia para el aprendizaje.

No obstante, en algunos casos, quedan despojos de tal unificación entre áreas corticales. Y, por tanto, se prolonga a la sinestesia hasta la edad adulta, fijándose como un proceso perceptivo arraigado en la persona (Deroy y Spence, 2013; Jäncke, 2014). 

¿Cuáles son los efectos del aprendizaje en personas adultas con sinestesia?

En los estudios sobre la sinestesia se remarca que los procesos cognitivos del aprendizaje en personas que la presentan son medidos cuidadosamente en dos grandes funciones: Aprendizaje (fase de entrenamiento) y memoria (fase de recuperación).

Los resultados de las revisiones sistemáticas nos muestran que cuando aprenden nueva información que tiene que ver con su dominio, los sinéstetas tienden a adquirir esta información con mayor rapidez en comparación con los no sinéstetas.

A pesar de ello, esta ventaja no se distingue como estadísticamente significativa.

Ahora, Watson et al. (2014) sugieren que las ventajas de la sinestesia en la velocidad de adquisición de información se pueden manifestar siempre que la información coincida con una asociación pre-existente para cada característica personal sinestésica. 

Un claro ejemplo son los resultados de Bankieris y Aslin (2016) donde el grupo sinésteta obtiene resultados contrarios.

Esto se debe a que se le pide a la persona realizar una nueva asociación diferente a la preestablecida por experiencia propia a lo largo de su vida (color-forma o color-morfema).

Postulando la hipótesis de que dicha desventaja puede deberse a que la asociación color-forma preestablecida (previa al estudio) actúa como interferencia para realizar una nueva asociación. Y, por ende, el sujeto realiza una adquisición de información menos eficiente que el grupo control.

Aprendizaje (fase de entrenamiento)

sinestétas

Profundizando en la fase de adquisición de información, Watson et al., (2014) indagan en dos tipos de aprendizaje.

El primer tipo de aprendizaje es el implícito. En este caso, la información externa es internalizada de manera pasiva, sin esfuerzos conscientes.

Se propone, entonces, que las asociaciones sinestésicas pueden ser las bases del aprendizaje implícito. 

Sin embargo, con lo dicho anteriormente en los estudios de Bankieris y Aslin (2016), las personas con sinestesia pueden encontrar obstáculos en dicho tipo de aprendizaje si la calidad de la asociación no coincide con las características preestablecidas de la sinestesia. 

El otro tipo de aprendizaje hace referencia a la integración activa de información, un tipo de aprendizaje explícito. En este, se hace evidente un desempeño eficiente en los sinéstetas con una mayor cantidad de respuestas. Y, además, mejor calidad de información aprendida en comparación con el grupo control.

Sin embargo, estas evidencias no denotan una ventaja significativa de la sinestesia con el grupo control, pero aluden a las hipótesis de todos los estudios previos.

Memoria (fase de recuperación)

Por otro lado, la memoria es un proceso cognitivo estudiado en el presente ámbito. Aquí, se muestra una clara eficiencia en personas con sinestesia para recordar información asociada con colores, indicando mejores rendimientos a la hora de medir la memoria a largo plazo.

Un nivel de análisis novedoso nos lo aportan los experimentos de Pfeifer et al. (2016), quienes utilizan técnicas de resonancia magnética funcional (functional magnetic resonance imaging, MRI, en inglés).

Exploraron estos procesos en un nivel funcional neuronal, llegando a la conclusión de que las personas con sinestesia y no sinestésicas utilizan de igual manera los procesos básicos de reconocimiento y recuperación de información. De hecho, esto se evidenció en los mismos niveles de activación en estructuras mesoencefálicas.

aprendizaje y sinestesia

Ahora, lo que hace eficiente el desempeño de los sinéstetas es la manera en la que utilizan la información perceptiva, realizando mejores estrategias de manipulación de información visual.

Aspecto que se puede observar en la diferencia de activación en zonas visuales de la corteza occipital, teniendo en los grupos de sinéstetas menor magnitud de activación funcional que los grupos control.

De esta forma, se muestra una mayor eficiencia de manipulación de dicha información, manifestándose en un mejor desempeño de estrategias mnemotécnicas a nivel conductual.

Conclusión

Se puede concluir que existen ventajas en el aprendizaje de las personas sinéstetas en comparación con las personas que no tienen sinestesia. Sin embargo, también aparecen limitaciones.

Tendremos que esperar un mayor estudio del fenómeno para determinar si tales diferencias son significativas. 

Referencias bibliográficas

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