¿Te ha pasado alguna vez que miras al cielo y puedes percibir un rostro humano en las nubes? ¿O crees haber escuchado palabras o frases en sonidos ambientales o ruidos, como en la estática de la radio? Este fenómeno psicológico es característico en la raza humana, y se llama pareidolia. La misma refiere a identificar patrones o percibir formas familiares donde no las hay. En esta nota, descubriremos de qué trata este curioso fenómeno, cuáles son las bases para que se produzca, y ahondaremos en las diferencias individuales de acuerdo a varios factores.

¿Qué es la pareidolia?

La pareidolia es un fenómeno psicológico que se caracteriza por la percepción de patrones o formas significativas en estímulos ambiguos o aleatorios. El término pareidolia tiene raíces en el griego, donde para significa más allá y eídolon se traduce como apariencia o forma (Bacci y Melcher, 2008).

En otras palabras, se refiere a la capacidad del cerebro para extraer imágenes coherentes de lo que, en realidad, son configuraciones carentes de significado. Asimismo, se trata de un fenómeno comúnmente observado en la identificación de rostros humanos en objetos inanimados, como nubes, manchas de tinta o texturas superficiales.

Ejemplos de este fenómeno psicológico

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Un ejemplo clásico de pareidolia es la visión de la Cara en Marte, una formación rocosa capturada por la sonda espacial Viking 1, en 1976, que dio lugar a la ilusión de un rostro humano tallado en la superficie del planeta rojo. Otros ejemplos incluyen (Wang et al., 2022):

  • Ver el rostro de Jesucristo en una tostada.
  • Percibir a la Virgen María en una mancha de humedad en una pared.
  • Creer ver rostros conocidos en las nubes.

Además, esta tendencia del cerebro a buscar patrones significativos en lo aleatorio ha sido evidente en la interpretación de fotografías borrosas, donde se han llegado a identificar figuras reconocibles en áreas de baja resolución.

Mecanismos neurales subyacentes de la pareidolia

La pareidolia facial (ver rostros en objetos ambiguos), ha sido estudiada durante mucho tiempo, pero aún no se comprenden del todo sus bases neurales.

Distintas teorías en la comunidad científica

Algunos estudios sugieren que el cerebro crea la ilusión de rostros reales a partir de estímulos confusos. En consecuencia, esto respalda la idea de que la pareidolia tendría una base en la realidad física.

Por otra parte, investigaciones han encontrado que durante la detección ilusoria de rostros en personas sin patología, ciertas regiones cerebrales como el área fusiforme del rostro y el giro frontal inferior muestran respuestas cerebrales aumentadas. Estas áreas están relacionadas con el reconocimiento facial y la interpretación de lo que vemos. Sin embargo, todavía no está claro si tales respuestas cerebrales son específicas para la pareidolia de rostros o si también se aplican a otros objetos visuales con los que tenemos experiencia.

Una investigación respecto a las bases de la pareidolia

Un estudio abordó esta cuestión comparando cómo se reacciona ante ilusiones de rostros y letras. Los participantes vieron imágenes de ruido, pero se les hizo creer que algunas contenían rostros y otras letras. Sorprendentemente, informaron haber visto rostros o letras ilusorias en alrededor de un tercio de las imágenes.

Al analizar su actividad cerebral, descubrieron que el área fusiforme derecha del rostro (que se encarga del reconocimiento y procesamiento de rostro), se activaba específicamente cuando percibían rostros en el ruido.

Además, cuando creían ver rostros, las imágenes generadas en su mente parecían realmente rostros, mientras que con las letras, parecían más letras. Este hallazgo sugiere que el área fusiforme derecha no solo procesa rostros reales, sino que también está involucrada en la percepción ilusoria de rostros (Liu et al., 2014). En resumen, la pareidolia facial parece tener una base en la forma en que el cerebro procesa e interpreta las formas visuales, incluso cuando solo hay una leve sugerencia de un rostro.

Diferencias individuales en la pareidolia

A pesar de ser un fenómeno común en casi todos los seres humanos, existen diferencias individuales que pueden afectar en la experiencia de este fenómeno. Al respecto, Zhou y Meng (2020) realizaron una revisión, hallando que las pareidolias muestran diferencias individuales significativas que pueden estar influenciadas por factores de sexo-género, desarrollo, rasgos de personalidad y condiciones neurológicas. Ahora, se necesita más investigación interdisciplinaria para abordar estas diferencias en mayor profundidad.

Factores de sexo-género

Las investigaciones han demostrado que existen diferencias en la percepción de pareidolias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, las mujeres suelen tener una ventaja en la percepción y reconocimiento facial. De esta forma, pueden detectar rostros en estímulos ambiguos con mayor precisión y son más sensibles para reconocer expresiones emocionales en estas imágenes.

Además, se ha observado un sesgo hacia reconocer rostros femeninos, tanto en mujeres como en niñas, independientemente de la etnia o edad de los rostros. Diferencias que pueden estar relacionadas con la manera en que el cerebro de cada género procesa la información facial.

Factores de desarrollo

La percepción de pareidolias se desarrolla temprano, alrededor de los 8 meses. Por tanto, los bebés comienzan a mostrar la capacidad de reconocer rostros con mayor facilidad que objetos no faciales.

A medida que los niños crecen, su habilidad para identificar rostros y categorizar expresiones faciales se fortalece. Por lo que este rápido desarrollo sugiere que la habilidad de percibir pareidolias está asociada con la maduración temprana del procesamiento facial en el cerebro.

Rasgos de personalidad

Se ha descubierto que ciertos rasgos de personalidad influyen en la experiencia de pareidolias. Así, las personas con creencias paranormales o religiosas tienden a ver rostros en objetos donde no existen, y tienen una mayor propensión a detectar pareidolias en estímulos ambiguos. A su vez, se ha observado que individuos con subtipos positivo-psicóticos de esquizotipia tienen una mayor tendencia a percibir significado en patrones de ruido, lo que podría estar relacionado con una percepción alterada de la realidad.

Factores del neurodesarrollo

Algunas condiciones neurológicas y del neurodesarrollo se asocian con una mayor experiencia de pareidolias. Por ejemplo, pacientes con demencia con cuerpos de Lewy y trastorno del comportamiento del sueño REM (rapid eye movement, en inglés) han mostrado una mayor propensión a percibir pareidolias en comparación con otras condiciones. Sin embargo, en casos como el trastorno del espectro autista (TEA), el síndrome de Williams y el síndrome de Down, la experiencia de pareidolias puede ser menos frecuente debido a diferencias en el procesamiento facial y social asociadas con estas condiciones neurológicas.

Conclusión

La pareidolia, al revelar la habilidad del cerebro para identificar patrones familiares en estímulos visuales, incluso cuando no existen, subraya la compleja interacción entre la percepción visual y los procesos cognitivos. Este fenómeno destaca la eficacia del sistema visual y la interpretación cognitiva en la construcción de significado a partir de estímulos ambiguos, añadiendo una capa de creatividad a nuestra comprensión del cerebro y la percepción del entorno. Además, evidencia la adaptabilidad única de la mente humana para encontrar orden y familiaridad en el aparente caos visual, resaltando la capacidad intrínseca de la cognición para crear significado a partir de la ambigüedad.

Referencias bibliográficas

  • Bacci, F. y Melcher, D. (2008). The visual system as a constraint on the survival and success of specific artworks. Spatial vision21(3-5), 347-362. https://doi.org/10.1163/156856808784532626
  • Liu, J., Li, J., Feng, L., Li, L., Tian, J. y Lee, K. (2014). Seeing Jesus in toast: Neural and behavioral correlates of face pareidolia. Cortex; a Journal Devoted to the Study of the Nervous System and Behavior53, 60-77. https://doi.org/10.1016/j.cortex.2014.01.013
  • Wang, C., Yu, L., Mo, Y., Wood, L. C. y Goon, C. (2022). Pareidolia in a Built Environment as a Complex Phenomenological Ambiguous Stimuli. International journal of environmental research and public health19(9), 5163. https://doi.org/10.3390/ijerph19095163
  • Zhou, L.-F. y Meng, M. (2020). Do you see the “face”? Individual differences in face pareidolia. Journal of Pacific Rim Psychology14, e2. https://doi.org/10.1017/prp.2019.27